Protegerse del calor extremo

Actualización:7/17/2025
El calor extremo puede provocar enfermedades peligrosas como el agotamiento por calor o la insolación. A medida que suben las temperaturas, es fundamental tomar las precauciones necesarias para protegerte y prevenir enfermedades relacionadas con el calor.
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Fotografía de un termómetro exterior que muestra una temperatura alta en grados Celsius y Fahrenheit.

Agotamiento por calor y insolación 

El golpe de calor y el agotamiento por calor son enfermedades graves que pueden ocurrir cuando el cuerpo se expone a altas temperaturas y no se enfría adecuadamente. Mientras comparten algunas similitudes, presentan características y niveles de gravedad distintos. 

El agotamiento por calor es una afección que suele ocurrir cuando una persona se expone a altas temperaturas y realiza actividad física intensa o pasa tiempo prolongado en un ambiente caluroso. Los síntomas incluyen sudoración excesiva, fatiga, mareos, náuseas, vómitos, dolor de cabeza, calambres musculares y taquicardia. Si no se trata a tiempo, el agotamiento por calor puede derivar en una afección más grave llamada golpe de calor. 

El golpe de calor es una afección grave y potencialmente mortal cuando la temperatura corporal central alcanza niveles peligrosos, generalmente superiores a 40 °C (104 °F). El golpe de calor puede desarrollarse rápidamente y requiere atención médica inmediata. Los signos y síntomas del golpe de calor incluyen temperatura corporal alta, confusión o desorientación, piel caliente y seca, respiración rápida y superficial, ritmo cardíaco acelerado, dolor de cabeza intenso y persistente, náuseas y vómitos, o pérdida del conocimiento. 

Tanto el agotamiento por calor como el golpe de calor son afecciones graves, por lo que es fundamental buscar atención médica. Si sospechas que padeces alguna de estas afecciones, actúa de inmediato para mantener el cuerpo fresco con agua o compresas de hielo. Actuar con rapidez para reducir la temperatura corporal puede ayudar a prevenir complicaciones y salvar vidas. 

Cómo mantenerte protegido en caso de calor excesivo 

  • Bebe mucha agua durante todo el día, aunque no tengas sed. Evita el consumo excesivo de bebidas con cafeína o alcohol, ya que pueden contribuir a la deshidratación. Lleva siempre contigo una botella de agua reutilizable y, si haces actividad física, asegúrate de reponer líquidos con más frecuencia.
  • Use ropa ligera, no ajustada y de colores claros que permita que tu cuerpo respire. Usa telas naturales como el algodón o el lino, que ayudan a mantener la frescura. Evita los colores oscuros, ya que tienden a absorber el calor. Si estás al aire libre, considera usar un sombrero de ala ancha y gafas de sol con protección ultravioleta (UV) para protegerte la cabeza y los ojos del sol.
  • Limita tu exposición a la luz solar directa. Si es posible, permanece en espacios interiores con aire acondicionado o ventiladores. Si debes estar al aire libre, procura programar actividades durante las horas más frescas del día, como temprano por la mañana o tarde por la noche. Busca la sombra siempre que sea posible y toma descansos regulares en áreas más frescas para que tu cuerpo tenga la oportunidad de refrescarse.
  • Aplica un protector solar de amplio espectro con FPS (factor de protección solar) alto sobre la piel expuesta, al menos de 15 a 30 minutos antes de salir. Vuelva a aplicar el protector solar cada dos horas o con mayor frecuencia si sudas mucho o nadas. Además, usa un bálsamo labial con FPS para proteger tus labios de las quemaduras solares.
  • Si no tienes aire acondicionado, usa ventiladores o abre las ventanas para que circule el aire. Cierra las cortinas o persianas durante las horas más calurosas del día para bloquear la luz solar. Si es posible, usa persianas reflectantes o aplica una lámina reflectante en las ventanas para minimizar la absorción de calor. Considera usar un ventilador de vapor frío o compresas frías para bajar la temperatura corporal. Muchas comunidades también abren centros de enfriamiento de emergencia con aire acondicionado durante el calor extremo. Puedes llamar al número de teléfono de información de tu ciudad o pueblo, consultar tu sitio web o pedirle a un vecino que te ayude a encontrar un centro de enfriamiento de emergencia. 

Los bebés, los niños pequeños, los ancianos y las personas con afecciones médicas preexistentes son más susceptibles a las enfermedades relacionadas con el calor. Asegúrate de que tengan acceso a un ambiente fresco y estén bien hidratados. Ofrece asistencia a quienes la necesiten y anímalos a buscar atención médica de inmediato si presentan signos de agotamiento por calor o insolación. 

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